Ya lo hicimos el año pasado, y éste no vamos a ser menos. Porque, por más que nosotros digamos una cosa u otra, la última palabra sobre el festival de Angoulême la tienen los visitantes. Como la Joso, en nuestra humilde medida, aportamos unos pocos, vamos a recoger unas cuantas impresiones de alumnos y ex alumnos, primerizos o veteranos del festival, sobre esta última edición del mayor evento de cómic en Europa.
Para empezar, hablamos con aquellos que han pisado por primera vez Angoulême; Sther Naval, alumna de Concept Art, ha quedado, como poco, impresionada con el festival:
El festival me ha parecido impresionante. Grandioso y espectacular. No te lo acabas. El pueblo no parece muy grande al principio, pero está lleno de eventos, guiños tanto al cómic cómo a la animación e ilustración, y andas descubriendo cosas a cada momento. Además, puedes encontrarte con un montón de autores y editoriales que por aquí no se ven, tanto en los stands como en la calle o en los distintos bares (muchos con una decoración muy cuidada y curiosa). Y tanto por el evento en sí como por la compañía, encuentro que ha sido muy divertido y recomendable. Concretando, lo que más me ha gustado ha sido poder compartir la experiencia con amigos tanto de la Joso como de fuera, y del festival en sí, la cantidad de exposiciones (muy interesantes) que hay. Y lo que menos, quizás los horarios, que no nos permitían entretenernos mucho por la noche en el pueblo ya que a las 21:30 debíamos coger el bus de vuelta; y el pequeño caos para conseguir las entradas de «acreditados», que finalmente no conseguimos, tras muchos mediadores para traducirnos (ya que cada idioma en que probábamos comunicarnos hacía que llamaran a un traductor distinto).
Claro está, que la cosa cambia si vas con intención de presentar tu obra a editores más que como un amante del cómic. Esto es lo que le ocurrió a otro primerizo, Santiago Calderón:
Es un festival muy grande, toda la ciudad se vuelca en el cómic, es curioso ver como establecimientos normales como peluquerías o panaderías llenan sus escaparates con cómics, aunque, bueno, me he pasado la mayoría del tiempo Chupando Cola para hacer entrevistas con editores. Le he cogido bastante tirria al pasillo donde se esperaba con el proyecto en la mano junto a otras 300 personas. Como punto positivo, en ese pasillo había Wifi gratuito.
Y no es el único en quejarse al respecto, Gabriel Dipolo, quien ya había ido a Angoulême en 2014, nos dice algo parecido:
Es más para ir de fan que para ir de autor; iba con un proyecto para enseñar a editores, pero no pude presentarlo por la organización y la mala comunicación por parte del festival. De hecho, decidí no presentarlo ya que después de 11 horas de viaje casi sin dormir, patearte el recinto ferial buscando la carpa de editores, que resulta que está mucho más lejos que el resto de carpas (algo que descubres por tus propios medios porque los encargados de información o jefes de stand no tienen ni idea de ello, además de la simpatía francesa de la que hacen alarde), llegas y te encuentras una cola que no avanza porque el editor ha decidido llegar tarde, lo cual hace la espera mas insoportable. Además, durante el proceso, ves que buscan a autores con un gran volumen de trabajo realizado ya, no proyectos.
En lo que sí difieren es sobre si volverán o no al festival: mientras que Gabriel Dipolo apunta que regresará, pero, primeramente para pasarlo bien con sus amigos y, luego, intentar colar nuevos proyectos. Santiago es más contundente: «creo que ya he exprimido lo que angouleme podía darme como visitante. Si vuelvo, espero que séa para firmar ejemplares, con la limousine aparcada en la puerta de la carpa».
Volviendo a las opiniones algo más positivas, tenemos a dos veteranas del festival: Carol Garrido y Alicia Grande. Para la primera de ellas, era su segunda ocasión en Angoulême, y en comparación con la edición de 2015, esta es su valoración:
Diferente al año pasado, pero buena, muy buena. La pequeña ciudad tiene magia: mires por donde mires hay dibujos, ilustraciones, comics y demás, además de muy buen ambiente. En especial, me quedo con la variedad de comics, artbooks y productos que aquí no encuentras. También, por supuesto, con las firmas de autores, el buen rollo de la gente y la de amigos que haces en los bares/colas para firmas. ¿Lo que menos me ha gustado? El montón de horas para llegar, aunque incluso eso tiene su encanto.
En el caso de Alicia, ya son cuatro ediciones las que lleva a sus espaldas:
Es el cuarto año que voy, cada año he ido por motivos diferentes, desde el primero de jolgorio total con todos mis compañeros de art grafic, el segundo de motivación, el tercero a la persecución de editores y el cuarto que ya tenía entrevista concertada. Este ha sido el que más nervios he pasado y con la meta más concisa.
Respecto a la entrevista, hemos querido preguntarle más, ya que es un objetivo con el que van muchos alumnos:
David: ¿Cómo lo has hecho para conseguirlo?
Alicia Grande: Iba con la cita concertada desde hacía un mes. He estado tres meses haciendo un test para una editorial y ya venía con la idea de zanjar el asunto.
D.: ¿Y cómo ha sido la experiencia, el trato con ellos?
A.: Ha sido impactante y surrealista la verdad, pero para bien. Es la primera entrevista que he hecho en un restaurante y en la que es el editor quien saca mis páginas, con apuntes incluidos, en lugar de ser yo la que persigue y da por saco con el book. Me pude entender con ellos en inglés-francés y parece que, después de todo el curro, le acabé de convencer.
D.: ¿Algún consejo para todos aquellos que tengan pensado entrevistarse en próximas ediciones de Angouleme?
A.: Les diría que tengan seguridad. Al principio amedrenta bastante encontrarse cara a cara con un editor porque da bastante miedo enseñar tu trabajo, que lo juzguen o que te den largas, pero realmente uno no pierde nada, al contrario, con el feedback solo puedes mejorar, saber por dónde quieres tirar y ganar seguridad en ti mismo.
Como veis, hay opiniones para todos los gustos, además de importantes consejos para los que van al festival con intenciones profesionales por encima de las ociosas; porque si algo queda claro es que Angoulême cambia radicalmente según cómo lo encares y el partido que quieras sacar de él.
Así que, ya sabéis, si queréis probar suerte con los editores o, simplemente, disfrutar de unos días en un pueblo que se vuelca por completo en el cómic y lleno de amantes de éste, en la Joso seguiremos organizando anualmente la peregrinación a la meca del cómic en Europa. ¡Os esperamos!
P.S.: ¡Ah, y podéis encontrar una nutrida colección de fotos del viaje en el Facebook de l’Escola Joso!