Hace más quien quiere que quien puede. Aunque también cabría añadir que hace más aquel que sabe qué quiere y qué puede hacer.
Porque no es solo cuestión de talento, trabajo y voluntad, sino que, en no pocas ocasiones, prometedores artistas se encuentran perdidos, sin saber hacia dónde deben enfocar su carrera, enviar sus muestras o hacia qué estilo orientarse. Y cuando esto ocurre justo antes de dar el salto profesional puede que éste nunca llegue a tener lugar.
¿Mala suerte? No; simplemente hay quien nunca se ha planteado los entresijos profesionales de las artes gráficas, centrándose en ser un buen dibujante, o quien, pese a ello, se encuentra desbordado por una realidad bastante más compleja de lo que parece.
Por ello, y ante la demanda existente, l’Escola Joso se complace en presentaros el nuevo curso de Tutorías, que arrancará en octubre de este mismo año, y en el que Santi Casas, reputado y experimentado profesional, asesorará a los alumnos en la creación y/o desarrollo de un proyecto profesional, además de resolver cualquier tipo de duda técnica, económica o fiscal relacionada con el día a día del artista. Todo ello, los lunes, de 17 a 20:30 h.
Y, precisamente, para resolver cualquier tipo de duda acerca de este nuevo curso, le hemos entrevistado. Así que atentos todos aquellos que os encontréis desorientados ante el panorama artístico y laboral.
David: Buenas, Santi. Teniendo en cuenta que la Joso ofrece un amplio abanico de cursos, ¿Qué os ha motivado a ofertar este nuevo curso de tutorías?
Santi Casas: Creo que es unánime la opinión de que el primer año tras terminar un curso, una carrera o especialización, y ya en contacto con el mundo laboral, es determinante y más en nuestra profesión. Desde siempre, la escuela ha sido un lugar abierto a las consultas de los exalumnos, pero de un tiempo a esta parte notamos un aumento muy significativo de exalumnos que nos pedían repetir las asignaturas de último año relacionadas con proyecto para, durante ese primer año tras terminar su formación académica, seguir profundizando en sus proyectos personales o en los primeros trabajos como profesionales. De esta manera se aseguraban un espacio de trabajo que les resultaba conocido, que además sabían que compartirían con otros alumnos afines y en el que encontrarían la supervisión de unos profesores que estaban muy al día tanto de su trayectoria como de sus intereses futuros.
El problema era que, aparte de sus proyectos, había un tiempo en esas asignaturas dedicado a la teoría de orientación profesional y gestión de proyectos que ya habían asimilado. Además, se daba una mayor masificación en las aulas.
La tutorías nos dan un lugar de trabajo con las mismas condiciones positivas pero con una disposición de tiempo total para dedicar a los proyectos de los alumnos en grupos de trabajo más reducidos, con más tiempo para revisiones y para trabajo personal con cada uno de ellos.
D.: Es decir, ¿Sería algo parecido al tan de moda «coaching»? ¿O más bien se resolverían dudas concretas del alumno en lugar de ofrecerle un plan integral de orientación laboral y creación de proyectos?
S. C.: A riesgo de extenderme, el programa de trabajo se podría detallar del siguiente modo:
Se espera que cada alumno aporte unos objetivos que conseguir durante ese año de trabajo o un proyecto en el que trabajar. El tutor primero revisará la viabilidad de estos y, seguidamente, se trabajará en calendarios individualizados antes de empezar con las revisiones semanales. El carácter de la supervisión busca brindar enseñanza complementaria y especializada, guía en los sistemas de trabajo y planificación, además de dirección de procedimientos y seguimiento de la consecución de los objetivos que se haya marcado el alumno para ese curso.
El tutor no solo hará correcciones sobre las propuestas de trabajo sino que se pretende generar una atmósfera de trabajo que fomente las actitudes y valores propios que se espera de un profesional.
D.: Hablando de atmósferas de trabajo; ¿Habrá un máximo de alumnos a la hora de formar el grupo?
S. C.: Como siempre hacemos en la escuela, en este tipo de clases, intentaremos trabajar con grupos poco masificados. No hay un límite oficial, pero esperamos poder empezar con un grupo entorno a los 15 alumnos.
D.: El que tú seas el profesor no es casual, porque repasando tu currículum eres un todoterreno de las artes gráficas. ¿Cómo empezaste en el mundo del cómic? ¿Cuáles fueron tus primeros pasos?
S. C.: Empecé creo que como todos, con pequeños trabajos relacionados con el dibujo mientras terminaba mis estudios. Eran pequeños encargos de publicidad, a veces cómics promocionales, o ilustraciones para libros de texto. Incluso estuve un tiempo diseñando «covers» en estudios de tauaje. Pero es cuando, uniendo fuerzas con mis compañeros de Joso, creamos Ikari Studio, y los trabajos deseados empiezan a llegar y a jugar en ligas superiores. Desde entonces, el trabajo en equipo y las ganas de superarnos nos llevaron de una serie de libros sobre los personajes en el manga, al diseño de personajes para videojuegos y, más tarde, a trabajar para las grandes editoriales de cómic nacionales e internacionales. Cada trabajo ha abierto una nueva puerta y hemos intentado que el trabajo bien hecho, la capacidad de adaptación y las entregas a tiempo sean siempre una seña de identidad.
D.: No son pocos los alumnos que en la Joso te piden asesoramiento o ayuda ante un bloqueo a la hora de emprender el vuelo profesionalmente. ¿Cuáles son los problemas más frecuentes con los que se suelen encontrar y cómo los afrontas?
S. C.: Hay dos tipos principales de dudas que suelen torturarles:
Las primeras, y las más sencillas de resolver al menos a nivel teórico, suelen estar relacionadas con la relación con la administración, dudas sobre contratos y derechos de autor y, por supuesto, todo lo que comporta fijar precios o hacer presupuestos.
El segundo tipo es más del estilo «mi meta es llegar a trabajar/publicar en X, ¿Cómo lo hago?». Esto pide conocer el trabajo y las capacidades actuales del alumno para darle la mejor orientación, que siempre es fruto de las experiencias que compartimos todos los profesores de la escuela.
Aunque también hay un tercer tipo, el más peligroso, que se lo plantean aquellos que tras sus años de formación saben que quieren trabajar dibujando, pero que aún no han encontrado su lugar. En estos casos, lo mejor suele ser intentar dar a conocer todas las salidas profesionales que tiene el dibujo y con las que el alumno aun no ha entrado en contacto, que son muchas y a veces desconocidas. Casi todo proyecto suele empezar con un lápiz y un papel, así que hay mucho por explorar.
D.: Aparte de haber unido fuerzas con otros compañeros y montado un estudio, ¿Cuál crees que ha sido la clave a lo largo de tu carrera profesional?
S. C.: Intentar disfrutar con cada día de trabajo. Aprender de cada encargo y proyecto. Rodearte de la gente y el ambiente adecuados. Y mucha perseverancia.
D.: ¿Es necesario haber realizado estudios previos en la Joso para acceder al curso de tutorías?
S. C.: No, no es necesario. Precisamente este espacio está también muy pensado para recibir a alumnos que vienen de otros centros y con experiencias artísticas distintas, que acuden a la Joso buscando ese hecho diferencial que tanto nos caracteriza: el amor por el dibujo, el cómic y las artes narrativas, siempre de la mano de profesionales de primera línea.
D.: ¿Y para qué tipo de alumnos no está pensado? Porque imagino habrá algunos requisitos mínimos.
S. C.: No esta pensado como un curso de iniciación, sino todo lo contrario. Es un curso complementario al final de un ciclo de formación. Está indicado para todos aquellos que terminan alguno de nuestros cursos como Art Gràfic o Ilustración, también para alumnos que vengan de ciclos superiores de ilustración, animación, etc. Y también para todos aquellos que, aunque hayan terminado hace algunos años su formación, busquen un lugar donde trabajar bajo supervisión en su proyecto.
D.: ¿Y qué diferencia hay entre el curso de tutorías y, por ejemplo, acudir a un representante?
S. C.: De entrada, los objetivos de cada uno no son comparables. El trabajo de un agente es, sobre todo, buscar activamente trabajo para sus representados. El del tutor es guiar a los alumnos hacia sus objetivos y, por el camino, intentar que aprendan los entresijos de esta profesión.
Para explicarlo con un ejemplo, un agente será el encargado de vender el trabajo de un artista; el tutor se habrá encargado de que ese trabajo sea digno de reconocerse como suficientemente profesional.
D.: En lo relativo al trabajo del alumno; ¿Es recomendable que vengan con un proyecto en mente o ya iniciado, o, en caso contrario, lo pueden ir creando a lo largo de las tutorías?
S. C.: Más que un proyecto concreto, lo ideal es que vengan con objetivos. Si el alumno trae ya un proyecto personal que quiere desarrollar es perfecto, pero es incluso más importante saber con que objetivos se viene a las tutorías. Vamos, que no es necesario traer un proyecto ya iniciado.
Por poner un ejemplo, el objetivo podría ser preparar muestras para las grandes editoriales americanas. No es necesario que el alumno traiga ya páginas para revisar o corregir, ya que según sus objetivos podemos seleccionar los mejores guiones con los que empezar a trabajar, o probar primero distintos métodos de planificación de página, etc.
D.: El curso también está dirigido a proyectos con un mercado, digamos, más difícil, como el del manga, ¿no? ¿Cuál es tu experiencia en este campo?
S. C.: Sí, intentamos que esté abierto a todo tipo de proyectos que puedan interesar a nuestro alumnado.
El cómic japonés ha sido y continua siendo hoy en día una de mis máximas influencias. Trabajar en el mundo del manga japonés y, en general, para el mercado japonés no es nada fácil, pero no imposible. Y cada vez hay más opciones.
Tuve la oportunidad de empezar con los libros sobre personajes manga, un producto occidental y para occidentales, aunque luego se vendió también en Japón. Más tarde llegaron los coleccionables sobre dibujo manga. Finalmente, en 2009 pude publicar tres series en la edición española de B’s Log (una revista de manga en el tradicional formato gigantesco japonés). Durante ese tiempo también me encargue de organizar la producción de las otras series de autores españoles que aparecieron en la revista.
En 2012 en DC me pidieron que me encargase de dibujar algunos episodios de la serie Ame-Comi (concretamente, los de Supergirl y Greenlantern), a los que me pidieron que añadiese un toque de estética y narrativa más orientales, aunque con un resultado más cercano al anime que al manga. La edición digital era internacional y, evidentemente, en Japón fue uno de los lugares donde mejor fue recibida.
Y mi más reciente trabajo para el mercado japonés ha sido realizando ilustraciones para el juego Rage of Bahamut de Cygames.
D.: También eres profesor de una parte de la asignatura de Proyecto en el último año de Art Gràfic. ¿Para todos aquellos que ya la han cursado, qué añadidos o alicientes tiene este nuevo curso de tutorías?
S. C.: Como he dicho antes, aunque los alumnos recibirán orientación concreta, sujeta a cada caso y, si fuese necesario, sobre derechos de autor, contratos, etc. En las tutorías no nos dedicaremos a repetir esos contenidos de formación laboral, sino que todo el tiempo lo dedicaremos a trabajar en los proyectos individuales de cada alumno.
Lo que sí esperamos mantener son las visitas de profesionales de los distintos sectores a los que aspiran nuestros alumnos, de manera que en casos concretos puedan recibir el máximo de información y orientación, y desde más de un punto de vista.
D.: Asesoramiento sobre todo tipo de temáticas, desde la fiscal hasta la creativa, visitas de profesionales, dominio de todo tipo de géneros de cómic y mercados… No sé si te has dejado algo en el tintero o se te ocurre algo más para acabar de motivar a los lectores a que se apunten al Curso de tutorías, porque lo que es a un servidor, le parece inmejorable.
S. C.: Solamente agradecer a todo el claustro de profesores y al equipo técnico de la escuela la implicación que han tenido en la creación tanto de éste como de tantos otros cursos, y en todas las iniciativas que han arrancado en los últimos años. Creo que están llevando la escuela a un nuevo nivel.
Y gracias también por este cuestionario que espero que haya resuelto las dudas de aquellos que estén interesados en el curso.
¡Nos vemos pronto! Muchas gracias.
Para más detalles, dudas o inscripciones, no dudeis en llamar al teléfono 93 490 21 20, escribir a info@escolajoso.es, o pasaros, a partir del 1 de septiembre, por l’Escola Joso, en la calle Entença, 163, de lunes a viernes de 9:30 a 13:30 y de 16:30 a 20:30 horas, que estaremos encantados de atenderos sin compromiso alguno.