El mundo del tatuaje es una de las salidas recurrentes para los alumnos de l’Escola JOSO, ya que con el nivel adquirido pueden lanzarse a realizar sus propios diseños y/o prácticas en estudios de tatuaje. Así pues, viendo que es una opción que, pese a la crisis, sigue en auge y que entre la plantilla de profesionales de la escuela encontramos tatuadores de la talla de Enric Rebollo, la Joso ha decidido presentar el primer Curso de Ilustración para Tattoo, que tendrá lugar este 2015 y para el que todavía hay plazas.
Como imaginamos que tanto los que ya se han inscrito como los que están planteándoselo tendrán curiosidad por saber más acerca de un curso inminente, os traemos una fresquísima entrevista al profesor del Curso de Ilustración para Tatto: Enric Rebollo.
D.: Casi toda la vida como dibujante, tanto de cómic como de ilustración, y prácticamente una década como tatuador. ¿Enric Rebollo, qué nos propones con este nuevo curso de ilustración para tatuaje?
E. R.: Se plantea del mismo modo que los otros cursos de la escuela, pero dando salida al tatuaje, algo que hasta ahora no se ofrecía. Es decir, se enseñará todo lo que se enseña en un curso de tatuajes, especialmente la base del dibujo, que es algo a lo que la gente que se dedica al tatuaje no parece darle demasiada importancia; como se trata de calcar creen que con eso se soluciona todo, y no es así.
Así, se tratarán aspectos creativos, de planteamiento del trabajo y proyecto del tatuaje, etc. hasta justo el momento de coger la aguja y empezar a pinchar, que es donde ya debería iniciar las prácticas fuera de la escuela. Vamos, que saldrán preparados para empezar las prácticas de tatuaje, aunque, al igual que en un curso de ilustración infantil no todos acaban en editoriales infantiles, aquí el alumno no tiene por qué acabar tatuando, sino que, si quiere, puede limitarse al diseño de tatuajes o incorporar este estilo a su book de ilustración.
D.: ¿Entonces, como profesional de la ilustración y del tatuaje y, por supuesto, como profesor del curso, éste hacia quién está dirigido y hacia quién no?
E. R.: Como cualquier otro curso de la Joso, hacia todo aquel al que le interese y llame la atención el mundo del dibujo y, en este caso, el del tatuaje; bien sea porque quiere dedicarse a ello, por el trazo, por las formas y el estilo, etc. Lo que sí está claro es que para quien no está pensado es para el que, directamente, quiera aprender a tatuar; no enseñamos técnicas de tatuaje ni hacemos prácticas con material de tatuaje, pese a que sí tratamos estilos de trazo, maneras de dibujar sobre superficies y texturas que no sean del todo sólidas, a no primar el dibujo acabado por encima del proceso y otros tantos aspectos.
Ah, y clarísimamente tampoco está destinado a aquella gente que cree saberlo todo y que no necesita aprender, ya que desde el primer día se darán contra la fortaleza de un autónomo –en este caso yo- que les dirá que se pueden volver a su casa, pues sabiendo tantísimo como saben no pintan nada ni en éste ni en ningún curso.
D.: Ya que hablas de autonomía y aprendizaje; ¿Has sido autodidacta en el mundo del tatuaje?
E. R.: En un principio sí, ya que aparte de marcarme mi propio ritmo, no hay estudios universitarios o superiores de tatuaje, mientras que sí los hay de dibujo y diseño, por lo que no queda más remedio que aprender por tu cuenta. Aparte, durante mucho tiempo el mundo del tatuaje no me interesó en exceso hasta que no me vi metido de lleno en él. A partir de ese momento, tienes que plantearte qué tipo de tatuador quieres ser, qué tipo de tatuajes hacer, el tipo de dibujo, si trabajas más con línea, con sombras, etc.
Todos estos dilemas los he querido trasladar a este curso, y por buscar un símil te diré que es como con el cómic: no te centras en el manga, en el de superhéroes o en el europeo, sino que das las nociones y conceptos básicos para aprender a dibujar y narrar una historia, y luego que cada cual tire por el estilo o género que más le guste, que ya poseerá las bases necesarias para ello.
Aquí, por lo tanto, la base será la misma para todos, pero está claro que unos sacarán más partido y disfrutarán más con los ejercicios de sombra, otros con los ejercicios de línea y así con todo.
D.: Has mencionado que no existen estudios o cursos universitarios/superiores sobre tatuaje; ¿Podemos afirmar entonces que este curso es, en este aspecto, innovador?
E. R.: Hasta ahora lo que había eran cursos impartidos por las mismas empresas que realizan los higiénico-sanitarios, en los que se repasaban ligeramente los diversos estilos de tatuaje: japonés, old school, etc. sin apenas prácticas de dibujo y tampoco, por cuestiones obvias, sin prácticas de tatuajes, ya que no podías tener a una docena de personas tatuando al mismo número de voluntarios.
Aquí, desde el primer día, y tras observar el nivel de los alumnos, se empezará a dibujar y a trabajar en el aspecto gráfico y artístico del dibujo para tatuaje. Aparte, y ya que he dicho lo del nivel, aunque el alumno parta de cero puede aprender en estos cuatro meses a dominar un estilo enfocado a la salida profesional del tatuaje.
D.: También has confesado que, en un principio, el mundo del tatuaje nunca te atrajo demasiado. ¿Qué es lo que, finalmente, te llamó la atención? Más que nada, para todos aquellos indecisos que pueden sentir cierta curiosidad pero no acaban de ver claro dar el paso hacia este terreno artístico.
E. R.: ¡La pasta! (risas). ¡Sí, es cierto! El mundo editorial lleva años sufriendo una inexorable caída, cerrando revistas, y todo el dibujo para prensa cada vez encuentra más dificultades como sustento. La publicidad tampoco es tan boyante como antaño. Y ante este panorama, lo que sigue imperturbable pese a cualquier crisis es el mundo del tatuaje: siempre hay demanda.
De hecho, ni siquiera le afecta la tan temida Internet; puedes subir tus diseños y tatuajes a la red, pero aunque te roben el diseño, solamente tú podrás tatuarlo fidedignamente y, sobre todo, aportar el valor añadido de su originalidad.
Es como los antiguos oficios artesanos, como cuando el aprendiz tenía que observar cómo lo hacía el maestro e ir aprendiendo en base a ello, y hoy en día quedan pocos trabajos que sean de este tipo, cuestión que también me llamó la atención.
Finalmente, y volviendo al aspecto económico, no es un trabajo de “todo a cien”, sino que se cotiza, y puedes vivir cómodamente con un ritmo de encargos que no te sature, o con la opción de pasarte unos años trabajando como un loco hasta que aguanten las manos y, luego, disfrutar de rentas.
D.: ¿Pero ese aspecto tradicional del tatuaje, en el que el maestro instruye al aprendiz, afecta al estilo de este último? Lo pregunto porque uno de los principales temores de los alumnos o interesados es el que puedan imponerles un estilo o hacerles abandonar el suyo propio. ¿En el curso cómo se abordará este aspecto?
E. R.: No hay ningún problema con ello. Aquí cada uno dibuja como le gusta o, en ocasiones, como puede. De hecho, cualquier problema estilístico queda fuera de clase. Y es que por el hecho de que alguien dibuje de un modo u otro o con su estilo particular no le diré que su dibujo es una mierda, pero sí sabré su nivel al cabo de tres semanas, y entonces le podré decir que su dibujo es una mierda o no, pero no por el estilo, sino por la cantidad de trabajo y esfuerzo que ha invertido en él.
A menos que me diga que su estilo consiste en dos rayas, claro, que entonces le invitaré a que se vaya por donde ha venido, pues no logrará trabajar ni en este mundo ni en el de la venta de cupones.
Nada, fuera de coñas, no hay ningún tipo de limitación estilística. Lo único que hacemos es trabajar los diferentes estilos, desde el más clásico al más moderno, por lo que en ocasiones tendrán que probar algún trazo que no es el que más les guste, pero únicamente como un modo de aprender a hacerlo y valorar diferentes opciones una vez las ha conocido.
D.: Has soltado unos cuantos a lo largo de la entrevista, ¿Pero cuál es el principal concepto, idea, consejo o mantra que intentarás inculcar a tus alumnos durante el curso?
E. R.: Básicamente que si quieren trabajar en el mundo del tatuaje, vivir de ello, no tener problemas con el dibujo y sacarse rápidamente y sin complicaciones los encargos, como no tener que ir con un ordenador portátil a calcar, o mirar el referente de otro tatuador para hacer un boceto delante del cliente, cosa que es lamentable, que se apunten al curso.
Que si no se apuntan no pasa nada, ¿eh? No soy rencoroso… pero se acordarán de mí (risas).
D.: Para terminar, ¿Algunos tatuadores que tengas como referentes o admires especialmente?
E. R.: Me gustan mucho Iron, que había sido profesor de la escuela y ahora está en Alemania, también Wendy Pham, que es quien, ahora por ahora, me parece la más completa. Víctor Chil, Toni Donaire o Uf, que también habían pasado por la Joso, me encantan.
Desde luego, en Barcelona hay un montón de referentes chulísimos, como Álvaro Llorar, al alcance de cualquiera, ya que hoy por hoy los tenemos trabajando en nuestra ciudad.